lunes, 20 de abril de 2015

DESTINO

Te alejaste confundido. A tus ojos unas ardientes lágrimas asomaban, te apresuraste a enjugarlas por temor a que alguien te viera... Una culpabilidad retrospectiva te hostigaba, te detuviste un momento. 

Una pesada sensación de tristeza se instaló en tu estómago. Eran aquellos muros inexpugnables que aparecen cuando ya no puedes dar marcha atrás, "¿por qué hice eso aquella noche?" te preguntaste una y otra vez. Sin embargo, nunca ninguna respuesta hubo. Silencio. Oscuridad. Miedo. Estas son las tres palabras que flotaban en la atmósfera, la cual por la garganta nos rodeaba... 


Sara Snezha Pozo Rodríguez. 

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