sábado, 5 de septiembre de 2015

TU Y YO

Escuchando tus palabras, casi no prestaba atención. Mi mente estaba en otro punto del universo. Estaba analizando tus labios por donde salían tus distintos y suaves fonemas, tus ojos por donde se reflejaba mi cara, tu pequeña y chata nariz. 
Estábamos en un café cerca de tu casa, aunque había mucha gente, mi mente era capaz de abstraer a todos excepto a tí, tus ojos, tus labios, tus manos, tu cuerpo. Casi no recuerdo lo que dijiste, sin embargo sabía que era algo bueno, lo sabía porque esos ojos me despertaban seguridad, complicidad, sabía que tus palabras eran buenas porque empezaste a sonreír, me cogiste mi mano y te la llevaste a tu cara para que te acariciara... 



Sara Snezha Pozo Rodríguez.

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